Batalla de Waterloo (francés: watɛʁ'lo), combate librado entre el ejército francés comandado por el emperador Napoleón Bonaparte frente a las tropas británicas, holandesas y alemanas dirigidas por el Duque de Wellington y el ejército prusiano del Mariscal de Campo Gebhard Leberecht von Blücher, cerca de la ciudad de Waterloo (Bélgica), el 18 de junio de 1815.
Tras la vuelta del emperador de su exilio en la isla de Elba, y al reunirse la Séptima Coalición contra él, Napoleón decide invadir los Países Bajos donde se están reuniendo tropas de la Coalición. Se enmarca dentro de los denominados Cien Días (véanse las Guerras Napoleónicas).
Se considera como parte de la Campaña de Waterloo todos los combates que van desde los primeros encuentros entre las tropas francesas con los destacamentos prusianos el 15 de junio, hasta la retirada final del ejército francés el día 18. Incluyendo dentro de su contexto los combates librados en el pueblo de Ligny, en Quatre Bras, Wavre y el monte Saint-Jean (que ha venido denominándose también como Waterloo).
Primeros movimientos
A las 15:00 del día 15 el Tercer Cuerpo llega a Charleroi, donde se encuentran las tropas de Ziethen, debido a un error en el despliegue del Tercer Cuerpo, la caballería de pantalla de Pajol carece de apoyo en esta localidad, por lo que se ve obligado el emperador a acudir él mismo con un destacamento de la Guardia para expulsar a los prusianos de la ciudad y garantizar el control de los puentes del Sambre.
Mientras, el cuarto cuerpo que había sido desviado hacia los puentes de Châelet, sufre un imprevisto: el general que iba en cabeza, Bourmont, deserta, sembrando la duda y la confusión en el batallón.
Por otra parte, esa misma mañana la columna de Reille, la única que alcanzó su posición sin retrasos en el cruce de Marienne (a las nueve de la mañana), se topó con los destacamentos de Ziethen, que opusieron tal resistencia que no fueron desalojados hasta mediodía.
De tal modo, a pesar de los retrasos y algunos inconvenientes, durante la tarde del 15 de junio prácticamente todas las tropas francesas ocupan ya sus posiciones prefijadas.
A Wellington le sorprendieron estos hechos cuando estaba en un baile junto con otros oficiales en Bruselas. Un mensajero le dio la noticia de la invasión de Napoleón y rápidamente tuvo que reunir a sus oficiales y marchar al campo de batalla.
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